Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP.71
Y COMO TITULÓ ORWELL, "1984", SU LIBRO, ES TODO UN LIBRO ESTE "28 DE JULIO DE 1962, SÁBADO"
-Cuando yo muera, ¿quién me va a decir? –le dije como rogándole. Pero ni yo sabía el alcance de la pregunta, la calidad especial de ese amor secreto…
-Yo
Eso es lo que esperaba que me dijera y así comprometerlo hasta el fin de la eternidad.
A los treinta años de que te mueras, “yo”: te digo queridita. ¡Vaya si desconocías el alcance calendárico de la
preguntancia de marras!
Para la calidad del Amor secreto hay una frase en la Biblia con la que yo hice una canción en su día (siento omitir las notas):
“Más vale represión a tiempo
que un Amor callado”
Mi canción terminaba la estrofa:
El Amor que yo no dije
se me ha marchitado.
Y buscando en “Proverbios” o en “Eclesiastés” la cita, ¡mira lo que me encuentro también subrayado! Esto debieron predicar, si honrada la católica clerecía, y no tanto hipócrita amor al enemigo:
“Haz esto hijo mío para librarte pues has caído en manos de tu prójimo: Ve sin tardanza e importuna a tu prójimo, no des ni sueño a tus ojos, ni reposo a tus párpados, líbrate como de la red la gacela”.
Si quieres librarte de maldiciones que pueden prolongarse hasta cuarentaitrés años tronchándote de a poco a poco durante su lentísimo trascurso, lentísimo pues es para ti el calvario, algo así como si en vez de 43 hubiesen trascurrido 86 años o más, tronchándote tu cuello de gacela…¡Ve ve y haz lo mismo sobre tus prójimos!…. Si es que puedes. Ganas de hacerlo se tienen, kármika devolución; pero ¿puedes tú tronchar durante 86 años y más la voluntad o el cuello de toda una legión de miserables llamada sociedad de humanos? Ahí está la justicia. Devolver se quiere la impertinencia importuno infortunio que te echaron peor que las maldiciones; pero ¿a cuántos que debieras hacerlo, podrás? ¿Es por ello que la Justicia está domiciliada en el plano Otra Vida donde con tiempo sobrado todo se andará, no habrá mal que no pague y más de mil años les dure entonces a los que aquí se regocijaran con el ajeno mal?
-A los treinta años de que te murieran, yo digo en tu lugar queridita, hablo lo que no te permitiste, permitieron hablar.
-Eso es lo que esperaba que me dijera y así comprometerlo hasta el fin de la eternidad.
-Me agrada este compromiso a eternitas.
Y aquí en este párrafo sí que demostrabas tu enfermedad, o lo que es lo mismo, el veneno que la sociedad te había inoculado imposibilitándote tu
Amor mío tan singular para de ello endosarte el esperma sucio y atrofiado astuto y maloliente:
Obligándome a olvidar al ausente que yo amo para introducirme en el helado círculo en que dos se aman solamente.
Aquí, de paso, también la sociedad, sobre todo estando en París, sus inventores, le inocula aquello del trío, lo bisexual, por ello escribe:
Helado círculo en que dos se aman solamente. Frase que también huele a sotana de cura que recomienda: -En vez de amor a tu
Amor mío tan singular, ama al prójimo así en general.
Que es como recomendar: jódeles a todos, jode cuanto puedas. Pues ¿cómo amará la totalidad, contesten los hipócritas, las mentes pequeñas y enfermas, cómo amará a todos el que es incapaz de a uno solo, pues consiente que los otros le dicten si ha de amarlo o no? Por eso, o Cristo es Satanás, no hay otro Anticristo que Cristo, o es un camelo; o es Satán, o un camelo, camello, todo se andó, droga del catolicismo y otras perversiones crísticas. O, también, el “amor mío tan singular” de Cristo, al que llamara “padre” para ser respecto de él sumisión o islam, si la relación iba de sodomita bardaje, fue aquel con el que intimase durante cuarenta días y cuarenta noches entre las arenas y las piedras del desierto y a las cumbres más altas le condujo aconsejándole “Arrójate de ellas”. Y todos se tienen creído que no se arrojó, no se suicidó ¿Y qué fue dejarse crucificar? Si es que todo fue así como nos cuentan, que el tufo a novela gótica, bestseller actual, “código da Vinci” Evangelio, resurrección de muerto incluida, no se lo quita nadie, ni aunque la autoría proviniese de aquella habitante de una Torre, localidad llamada Migdal, Miriam, la que del brazo de él se pasease por toda la Palestina compartiendo sus sueños ambiciones y secretos. Y, por cierto, además fue la Papisa o Primer Apóstol de la Resurrección, Acontecimiento milagroso que ella puso en escena.
Una debería estar dotada de las condiciones de fabuladora de esta Miriam para seguir escribiendo aquí. Y que la escritura no nos llevase por derroteros otros… Como sería ahora mismo el poetizar-filosofar sobre esta preciosa-precisa frase de Alejandra:
Helado círculo en que dos se aman solamente.
¿Será helado, será lo único que importa?
Si no basta el Amor que dos se tienen,
si ello no es la almendra mística, portal cósmico
abriéndose a toda la Eternidad
o toda la Eternidad abriendo,
¿lo será aquello que se da por añadidura
y es el amor a todos los demás
a partir de aquel primario majestuoso sentimiento?
Ya hemos dicho qué nos parece todo “amor al prójimo”:
Un camelo.
Una droga o un caramelo;
pero camelo camello
a la busca de sus yonquis o clientes.
¡O amar a todas las criaturas sería el desearles el mismo bien que uno tiene,
si lo tiene,
o sea el mismo Amor, portal cósmico a otras dimensiones!
Amar a todas las criaturas es desearles,
con un desearles tan verdadero que, inconsciente,
no tenemos ni que traerlo a la consciencia para que esté ahí
si somos sanos,
ese estén tan bien como nosotros mismos.
Y cuando el estar bien nosotros mismos no pasa de aspiración
que no se alcanza nunca,
pues todos los que nos rodean se encargan de ello,
¿seguiremos deseándoles ese estar bien
cuando nosotros no lo estamos y gracias a ellos?
Aunque el no desearles el bien
desde esa mucho más que justificada instancia,
no hablaría de nosotros como enfermos,
¡sino de la enfermedad de los demás
cuando son obstáculo y tropiezo a la paz de otros!
Ellos entonces los enfermos,
ellos que no sentirían,
y con ese sentir inconsciente que ni siquiera necesita ser razonado,
el estar bien de las demás criaturas
como añadidura sine qua non al propio bienestar.
Sólo puede ser helado el círculo de dos que se aman,
si no es se aman, si es practican sexo abominable
donde lo que menos importa es el otro
y si ni importamos nosotros ahí…
Dejemos
el helado círculo de dos que se aman,pues nos pareciera ir transitando por todos los pedantescos dantescos círculos del infierno.
¿Quién se acercará a mi cadáver y me dirá: Estás muerta? Aunque no lo pueda escuchar lo sabré, algo en mí lo sabrá, porque algo en mí no morirá conmigo, algo en mí esperó demasiado tiempo como para no poder oír esas palabras. ¿Quién lo dirá?
-Yo
Y este “yo” era yo quien se lo escribía desde su “la Otra” que era, límite de su inconsciente con el mío en el mar inconsciente colectivo.
Algo en mí no morirá conmigo: Parece ser que es tu Voz lo que no ha muerto. La onda de materia debe tener mucho de onda sonora. Averigüe esto la física, sobre todo si desde planteamientos cuánticos emergen esos “fonones” tan necesarios para describir teóricamente los comportamientos correlacionados de las partículas en tantos fenómenos del mundo a esa escala.
Lo miré. Estaba llorando. Lloraba por mí
Puedes, podías jurarlo. Aunque no insistas en cambiarme el gº. Hasta a eso te obligaban mi única y buena y perfecta novelista Poesa. Mientras, esos malditos, que juro pagarán caros sus gritos o chirridos o putiferios de inventivas de putas y pervertidos, relatos, pueden descaradamente describir el ideal único femenino que sienten llamándolo puta, sin más disfraz de obligada cortesía redactora, desde sus alter ego de chulos degenerados; partenaires en sus ni-volas que es eso que escriben, partenaires en ni-bolas por mucho que las desnuden, ya que describir, ¿qué describen?, ¿qué desnudez con visos de autenticidad?, ¡aunque sí la propia!: Cómo nos desnudamos, ellos incluso, en cuanto escribes, a ver, a ver esos culitos… No era el culito del que querías hacer alarde ¿eh? Y van tan en porretas, que ni en pelotas; o tan físicamente en pelotas, que ni espíritu se deje ver por allí, que ni espíritu que fuese aquel que ellos pretendían: liberales pendones, que nada de pendón y menos de liberal, ¡y nada de liberar!, expresión bien achantada tras las trincheras de lo pedestre. Hasta las “Lolitas” de los tantos Nabokov, ramplón desfogue de aspirante a pederasta. Ellos llaman putas con toda libertad a su ideal de lo femenino que describen (sucias y arrastrás y na que nos quisieron, ¡y más!, así nos obligaron a representar y tragar o no representar y callar), o algo peor que eso, si hay, llaman… ¡¿Y tú hubiste de vestir de gº masculino a la amada virgencita que querías tirarte o que hubieses querido que ella te tirase a ti?! Tirar, tirarse, en casos así, ¡qué elevar, qué alzarse sobre las rastreras condiciones devolviendo sus sucios papeles a los machos autores!
-Para llegar a esto te ha sido preciso miles de noches de insomnio, en una tensión que estiraba tus nervios hasta el otro lado de la noche
(Pueden jurarlo. Si estirados tus nervios, que ya hasta ni existiendo físicamente tus nervios, ahora mismo me han tocado, 2002-2006, a mi izquierda llevo tu luz como queriendo en cualquier momento brotar aparecerme, ¿significará que me muero, que al fin
tengo piedad de mí y voy hacia ti definitivamente?)
en la oscuridad esquiva donde las sombras baten sonidos que son sus nombres amados, en el desenfreno de una llamada inarticulada y torpe, en un rito cotidiano en el que tú, pálida y afiebrada, bebías alcohol para someterte más rápidamente a las leyes del amor que no sacia.
Quise decirle “Ven a mí ahora que nadie nos ve. Nadie verá que tú vienes a mí, ni siquiera yo, pues yo ya estoy muy lejos, yo ya estoy en otro mundo amándote con una furia que no imaginas
Claro que imagino la furia vida mía, sustancia de primer Amor, hecha toda de Primer Amor, Rosa, Casa de Rosas entrar de tu mano, Alma tuya no de nieve mi Alma mía, Alma fuego antorcha, Ayesha, llama en la llama de mi sueño como el Alma en el Alma que me arrancas el Alma y para ti te la llevas, así que me introduces toda el Alma en tu Alma, con esa furia con esa fuerza que no se imagina, con esa ternura, te abrazaría salvajemente, Amor tuyo tan singular, tú mi pluralidad de mundos.
Ven a mí si quieres salvarte de mi locura y de mi rabia, ten piedad de ti y ven a mí.
Oh ven, nada ni nadie lo sabrán nunca
Parece que la miseria de dios que tienes a tu derecha, o a tu izquierda, ha querido divulgarlo. No le gusta poco a él una revista “rosa”, tanto como para ser el primero de sus promotores, como primer promotor también de todos los atropellos y genocidios; ¡por San Dios!, o sea por él, lo elijan de patrono de todas las prensas vomitivas, no únicamente patrono de los campos de exterminio, todos por San Dios auspiciados. Dijo este San Dios, patrono de las revistas del follar todos con todos, o los programas televisivos que lo mismo, aunque de toda la prensa en general, amén de ejércitos todos y políticas y sus campos de exterminio diversos que llámanse todos “El trabajo te hará libre”, “Mercado del trabajo” y es mercaduría de esclavos y yo te fuerzo al trabajo con el que me sirves hasta que te dé por desecho, pendejo ya lo suficientemente explotado; dijo este San Dios Patrono de genocidas, patrono de la banca mundial, patrono de descerebrados: Nada oculto que no llegue a saberse. Así pues estamos a todo lo ancho y alto del fango distribuidas. Han, ha querido divulgar, poner por hecho, esta locura de mi muerte en tu muerte, de mi vida en tu vida
Aun cuando yo no lo quiera ven. Aun cuando yo te odio y te abandone, ven y tómame a la fuerza.Esto parece ser has hecho Vos conmigo, ¡che! Me has tomado por sorpresa. No creo que pueda hacer yo otro tanto con el Reino de la Ciela; pero en esa estamos ¿Te sorprenderé? ¿Puede sorprenderse el espíritu que lo sabe todo, lo ama todo pues allí domiciliado: donde la no basura donde lo no desechable? Y recuerdo que en este libro hemos dicho, mirándote, otra definición más de Poesía, tú que a lo mismo declaraste no atreverte, definirla, aunque dijiste de ella la mejor de las palabras:
Perfección Poética: Libertad del Amor: La Muerte: Libertar las fuerzas visionarias y mantener un aplomo extraordinario en la conducción de esa fuerza; otra definición más de Poesía, pensando en ti: Toda tú eres sorpresa.
Poesía toda tú eres sorpresa. Si no me sorprende, no me poetiza. ¡Que no me hubieses sido jamás, Poesa, de no haberme sorprendido! …Y si el espíritu que lo sabe todo, lo ama todo (y esto me duele deducirlo del discurrir propio de este pensamiento), no puede sorprenderse, ¿Existe la Poesía en el Reino de la Bienaventuranza? …Aun cuando, efectivamente, lo que me acabas de insinuar: deberían darme de azotes por poner en duda lo mismo después de haber presenciado tu Palabo vivo al que me ascendiste en el crepúsculo, Verboto, yo, verboteando a borbotones por allí, disfrutando como loca, loco, disfrutando viendo ascender-descender los globos de preciosos colores, Palabos vivos.
Si me muriera ahora mismo ¿quién injuriará a la muerte? ¿quién puteará hasta quedarse sin voz? ¿Quién dirá: Es una pérdida magnífica, una pérdida lujosa?
-No yo
Escribiste tú ahí. Pero bien sabes que “Sí yo”, ¿lo supiste nada más morirte? Lo supiste nada más morirte, que si aun viva ya estabas por mi cabeza, después de muerta, por entero entraste, aunque hasta 2002 no te declaraste, o las circunstancias y su dios maldito no te dejaron que te declarases hasta esa fecha. ¿Y qué tenía de particular la fecha de mi cumpleaños en 2002? QUE NO DEBÍ HABER CUMPLIDO NI UNO MÁS: SE ME OCURRE. Y ASÍ HUBIESE SIDO CON TODA PROBABILIDAD SI EN 2001 NO CIERRO LAS CUATRO LATAS OXIDADAS DE AQUEL QUIOSCO DE PRENSA CON EL QUE ME ARRUINÓ LA VIDA EL AYUNTAMIENTO DE MADRID.
Ya que este 28 de julio 1962 y sábado es como si otro libro en el Libro, ya que esto es una Biblia, "Sólo veo rosas" que te quiero enciclopédica, también cabe esta denuncia en la que más tarde me detendré: AL AYUNTAMIENTO DE MADRID QUE ME ARRUINÓ LA VIDA… QUE, POR OTRA PARTE, YA ME VENÍA TAN ARRUINADA DESDE TODAS LAS INJUSTICIAS SOCIALES QUE DESDE QUE TENGO USO DE RAZÓN PADECÍ Y SIN AGRUPACIÓN DE DERECHOS HUMANOS O ASOCIACIONES DE OTRO TIPO DE LAS QUE VALERME… Ni tampoco ahora, hemos de decir.