domingo, 28 de marzo de 2010

Amor a primer recuerdo, Memoria mis piernas

Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP. 7

Según un estudio, la mujer ama con la memoria, y hay que entrarle por el ojo al varón. Parece que ella amaba con la vista además de con todas sus memorias; yo. Amo mirarte hasta la extenuación mientras te recuerdo, amo verte en la memoria.

Según el estudio, realizado por una mujer, a éstas, mujeres, esa química del amor que enciende áreas diferentes en los cerebros según el sexo, si controlas a las enamoradas sabes, oh sorpresa, que es el área del recuerdo, de la memoria, lo que se enciende, resultado inesperado hasta para la aplicada señora y su gabinete de estudio…
Yo leí no hace demasiado, espero que la ciencia adelanta una barbaridá, cuando para malo, no haya dejado obsoleto el conocimiento, o sea, no le haya dado la vuelta (nuevo estudio demostrando todo lo contrario de estudio anterior y etc.) , yo leí que el área de la memoria era ¡oh! TODO EL CEREBRO. En todo el cerebro en general diseminado semejante baúl de recuerdos, la mujer ama, entonces, CON TODO EL CEREBRO, toda la carne en el asador de amar totalmente.

Y a mí me da en el sexo el resultado de la mujer ama con la memoria, además de refrescarme ciertas lecturas. Me da en el sexo, me rememora una vez más tus piernas, tus labios de carne, fruta prohibida ¿pues ya no?, ¿ya no su condición de fruta?; tus ojos que, aun sin su color verde-gris-azul pasión fuerza, destacan que a buen pesar de la niña despistadilla que fuiste idealizando a los otros que acababan cayéndosete en tu interior... y por ello mismo, de ello mismo, qué espíritu inflexible en esos ojos, qué miedo no aprobar el examen de espíritu apto ante ellos.

Me dices apareciéndote que recuerde ese alquímico acto de la hembra fertiliza al macho, que recuerde me pides en tu abrazo de ultratumba. ¿Para que te ame apelas a mi memoria, a mi condición de mujer? Entonces otra vez me has conocido, bruja, cuando yo de ti ni el índice (Ya hemos escrito en “Solo veo rosas -“Divina” tragedia homosexual de tu vida-” que sí, que sí me mostraste, a todos nos mostraste, tu índice, tu sexo), ese que dicen que alarga o acorta la ausencia o presencia de testosterona en la vida fetal; y me has conocido lo mujer, por más que el índice me culpe de testosterona, y solicitas amor de todas mis memorias… Que con sumo gusto pongo a tu entera disposición. Hasta la memoria con la que quisiera, horrible frustración, ahuecar de un sopapo a tu paisa de raza, ese, Einstein, que al parecer lo inventó todo, o pensó en todo antes que nadie, como dios, el que llegó a tanto, como todos los que se precian, o a los que los otros precian:pagan y aprecian, de lo funcionario, del colocón en oficina de patentes u otras satrapías, cual el glorioso cuerpo de los diplomáticos que tantos poetas dio, o, más exacto, que tantos sueldos seguros ofreció a los mismos y que sombra alguna económica amenazase su labor. Te pongo a disposición todas mis memorias, y de ellas ahueco a todos los fantasmones culturales, no sólo a Einstein. De mi memoria izquierda, que por entero te dedico, desalojo todo idioma venido de pitos, pitillos de a realillo, esas machos academias, e idioma sólo tuyo, para ti, de ti, desde un lenguaje no semen viejo hueso que despista animal mojado de agua negra, lenguaje óvulo, útero acogedor la Palabra: el Amor; y del derecho, todas las flautas y los clarines de las ciencias y sus chillones tonos, para aposentar la voz vuestra esa grave y lenta y triste y amadísima.

Me sabes lo mujer y solicitas amor de todas mis memorias.
Memoria de tus ojos, los que examinan. ¡Cuánto por no caerme ante ellos, dentro de ti!, como se te desmoronaban todos tus enamoramientos: “Que cuide su imagen dentro de mí”, aconsejabas a l@s candidat@s a ese aprecio. ¡Mi vida entera eterna por permanecer erecta ante ti, por no caerme ante tus ojos! …..Aunque tú vas y me zancadilleas en sueños, cacho guasona: yo por ese mundo perdido de lo onírico, puente entre tu mundo y mi mundo, tropezando con unas tablas de la ley que se me caen de las manos haciéndose trocitos ante los Pantócrator con los que tú ahora te codeas. Pero como ello, mi caída, te hace sonreír en ese sueño, se supone que la tal caída es ante el Pantócrator ese con el cual ahora tú te codeas, no ante ti.

Tu amantísimo, aunque severísimo, ojo derecho, tan mujer, aunque tú te pensaste erróneamente en vida, de lo masculino de tu derecha inclinación. Por no estar caída ante él, por ser elegida por ese ojo, mi vida eterna entera doy, te doy.

QUE NO ME CAIGA ANTE TUS OJOS
No me abandones, mi Ciela o madre o muerte, aun si yo me he abandonado. Abrazada a lo poco que de ti ha quedado en la Tierra… O lo mucho. ¿Es decir mucho si poema? (Es decir nada, si hablamos de poema y lo hacemos en el mundo) Toda una impregnación de inodoras feromonas, que a rosas saben ya que inodoras.

QUE NO ME CAIGA ANTE TUS OJOS
¿Qué área cerebral se le colorea al varón cuando los sentidos se le convierten en sentimiento de tanto sentir, no sólo ellas? Pues, ¿otra sería?, LA VISUAL, esa de la cual provienen los lenguajes semen viejo del “tía buena” y otros “piropos” a las tetas exuberantes, culos despampanantes, caderas ánforas. Y añade la dra. de este estudio, que en el amor, el olfato, las áreas olfativas parece que no cuentan… ya que fuimos animales descendidos de los árboles, medio en el cual el área visual la principal. ¡Tanto más, por consiguiente, en la hembra debiera encenderse el área visual, ya que ella no sólo cuidaba de sí, no caerse del árbol, sino de que no se estrellase toda su prole, doble triple o cuádruple atención!
Aunque la descalificación del olfato por la doctora como sentido más principal que la vista en esto de la química erótica, nos suena a gilicolleces de la ciencia y sus ilustrados gilicollas (Ilustradas mías que tragan, o siguen la ruta marcada por toda ciencia-experimento varón. Ciencia-experimento varón de me cargo si es menester el mundo, no sólo la razón y todas las especies, sobre todo si ratoncillos sin defensa. Ilustradas mías, no es hablando el lenguaje de los ellos, ese lenguaje semen viejo hueso que despista, que cambiaréis el mundo, mirémonos en todas las revoluciones infructuosas y su vuelta siempre al mismo sitio injusto criminal e inmovilista del que se partió) Y dice la sra. dra, para ilustrar que el olfato nada pinta y sí la visión (De lo cual también podríamos preguntar a todas estas Sras. Ilustradas, a esta dra. ya que de ella hablamos, y a la vista de su propio estudio, ¿sólo importa, entonces, la forma de enamoramiento de ellos, si tanto importa la visión que ya ni se compara con la memoria sino con, al parecer, un sucedáneo: olfato?) : “Por eso lo llaman amor a primera vista no a primera olida” ¡Pardiez! ¡¿Y mi memoria?! ¡Ya estamos rebajando mi, y entonces LA, memoria y eso que la acabas de descubrir!

Amor a primer recuerdo, dígase, ya ni de a primera vista ni de a olida penúltima o tercera. AMOR A PRIMER RECUERDO. Que así sentí el hermoso rostro de ella la primera vez que lo vi: Algo tan familiar, algo tan hondo hundido en la memoria como desde todas mis vidas, las que tengo y no tengo y hasta las que pude tener.

Y sigo con lo del ojo, su ojo derecho, derecha inclinación:
Que no me caiga ante tus ojos, sobre todo ese tu tan femenino que, de lo mismo, masculino pensaste tú de él, de tu inclinación: Cuido mi imagen dentro de ti, cuido a mi Sombra, mi imagen especular. Parece que ella sí amaba con la vista después de todo, sea una estatua espiritual, que no de sal ni cal ni otros mármoles, materiales indefensos todos ante el tiempo; no así mi espíritu, su.... y ustedes sabrán del su espíritu.

Parece que ella amaba con la vista, además de con todas sus memorias. Yo. Amo mirarte hasta la extenuación mientras te recuerdo, amo verte en la memoria.



Amor a primer recuerdo y a olfato primordialísimo
Sea para contradecir a la dra.
Y entona la hermosa voz con un matiz ahogado:
“invariables”
Y es tan intenso lo femenino
de esa voz lenta y grave y triste
que te provoca hasta como un mareo debido al olfato
cual si el cuarto se poblase de feromonas,
que dicen tan inodoras como sexoatractivas,
aunque yo las huela,
sean las mías propias, de mi propia excitación,
las asperje el otro mundo que aunque no esté hecho de química, bien la conoció, y mejor la conocerá desde la comprensión omnímoda a la que pertenece.
Y dicen que las voces graves en las mujeres también estarían mediatizadas por la dichosa testosterona. Hormona de la que cuenta mujer española, desde París, que no está en el libre mercado a disposición del transexualismo femenino que quisiese utilizarla para cambio de su identidad a varón, cuando los femeninos estrógenos, a disposición de cualquiera, no sólo transexuales masculinos buscando su transición a mujer, sino hasta de tonto de necesidad que ni supiese para qué sirven, y puede comprarlos y endosarse a voluntad hasta convertirse, ignorándolo, en toda una Bibi Anderson o toda una Veneno. ¡Hasta ahí llegamos en la discriminación sexual que rebajó, rebaja y rebajará siempre lo femenino, lo infravalora y pone en el mercado al menudillo mercancía de estrógenos, cuando no a la supravalorada testosterona! Hasta ahí, ya que Sras. Ilustradas por la ciencia o el poder, o la palabra siempre semen viejo, no se molestarán jamás en abrir caminos nuevos, ponerle otra cara al mundo, Rostro Mujer, pues mundo macho sigue con la sartén por el mango y jamás ellas van a disputársela sino seguirles regalando el puesto líder en las pasarelas culinarias, ellas gustosa o no tan gustosamente relegadas al anonimato y la suciedad de los fogones.

Carmen López Iglesias Jueves, 6 Octubre 2005 18:48 Enlace Permanente Comentarios (0)

El Canto del Suicida (I)

Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP. 6

El Canto del Suicida en su último grito que te utiliza como su cuerpo de mujer: Otras palabras tuyas en el crepúsculo.

Ni falta hacía que me advirtieses de tus “malas” intenciones, ¡o de mis pésimas costumbres! Siempre fui tan suicida como tú. Siempre fuimos tan suicidas los del corazón recto, las rectas intenciones, ¡las hermosas! Las rectas, las hermosas intenciones... Y por eso malas, por ello suicidas. ¿Has venido para ayudarme a consumar lo que debí cuando tenía 21 años? Compadecida tú ya que al fin descansando de toda esta mierda a la que dicen mundo.

...recuerdo ni exactamente tus palabras. Podrías echar una ayudita, ya que andás por ahí de Sombra, de Aparecida, a los microtúbulos, sus sodios y potasios, del recordar.

¿Me utilizas como tu cuerpo de mujer?
¿Quieres escribir con mi mano palabras tuyas además del "Sólo veo rosas...", “Vos no está sola”?
Ya lo intentamos;
y efectivamente noté cómo me la movías...
Pero guasona hasta en la ultratumba, figura y genio, sólo esbozas parecidos garabatos, perdona, a los dibujos de tus cartas. Garabatos por los que yo pagaría, si dinerito tuviere, más que por Picasso. Si descubro el tesoro terreno, además del espiritual, de los cátaros, pueden venir a aprovecharse, todos ustedes que los tienen, ofreciéndome sus lindos “garabatos”.

....Y el sueño de los años setenta -mil novecientos y- donde aparecen láminas, cartas, ilustraciones, en la gaveta misma donde unas fichitas con nombres de autores introducidos alfabéticamente en unos pequeños cajones, al tirar de cada uno y descubrir el contenido de, por ejemplo, "El Quijote", sangre veía, según se iban abriendo todos, sangre. Ensangrentado Palais du Vocabulaire, mi querida condesa.... ¿O conde? ¡No elijás Athanor que es mi seudónimo! (Y mira que me pesa ahora el ser inmortal como Drácula y no haberme muerto a mis 21 años, personas hay que no debimos vivir más, ¡que menos debimos vivir! ¡que no debimos vivir nunca!, nacer aquí) Tampoco Algol ¿Quién dijo Báthori, mi pequeña condesa? Lo que hay en los cajoncitos de la gaveta ¡es nuestra sangre! La que manó del Verbo, no sólo corona de espinas, Lorca, Miguel Hernández, o tus Isidores, tu desgraciadísimo, al igual que Poe en aquel callejón, Nerval ahorcado, Artaud y sus dolores. Hay mucha sangre aquí, archivos policiales tanto crimen impune, Lautréamont desaparecido misteriosamente=asesinado.

Me has utilizado en el "Canto del Suicida" del mismo modo que yo a ti.
El Canto del Suicida... Me advertías del síncope (ictus 2004)
Nos hemos compenetrado como los caracolillos bisexuales, dando-recibiendo ambas: Me utilizas suicidándote-me, suicidándote-me que imposibilitaste mi vida; te utilizo para hacer flotar mi muerte sobre esa superficie de mar sucio del mundo... Caracolillos bisexuales. El pobre caracolillo que alguien sin compasión, sin siquiera percibirlo, pisaba entrando a la casa arrasada donde mi Amor moría, mi Amor me la mostraba. "Así es como tratan lo que la casa contiene, al igual que al caracol de la entrada", parecías decirme... Registrando en la oscuridad de la casa quemada. Ahí sí que se le voló, y sin lenguaje sin testimonio de los delitos, el tejado a la casa. Ahí sí que volaron todos los fajos de tus cartas desabrochados al simun, todos tus originales, a la voracidad inquisitorial de la anodina criminal heterosexualidad.

Cuerpo de mujer, yo, del suicida
Cuerpo de mujer yo del suicida
........Cuerpo de mujer

¿El Suicida dará por mí su último Canto, su última Palabra de cómo lo ultimaron?
¿Y será mi propio testimonio, será tuyo, testimonio de todos los SUICIDIOASESINADOS?

Carmen López Iglesias Lunes, 31 Octubre 2005 20:14 Enlace Permanente Comentarios (0)
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