viernes, 16 de abril de 2010

Y en esto del sexo y todos sus males

Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP.52

o todos los males vienen de ahí,
milenios nos miran

Hoy
Cuando sería mejor acabar
como casi todos los días de mi vida
que seguir en esto.
Hoy
-No es “En esta noche en este mundo”-
Hoy...
Para mi disgusto, o suyo, no me suicido tampoco.
Para tu dolor de nieve del otro lado,
escarchas que te partieran por dentro

En esta noche en este mundo
todos... me quieren vivir,
no como a Vos que la murieron.
Simplemente la murieron,
sin más esperas.


-Hemos perdido
¡¿Te enterás?!
...Sorderas;
pero no de tu tamaño, 7ª Sinfonía.
Opinas que todos opinaron
menos tú.
¿Te dejarán hacerlo?
Pregúntate
antes de seguir ahí
donde te quieren... vivir.

-¿Tú se escribe con un todos vosotros
en el que hubiese naufragado la santa individualidad,
santa diferencia?
Yo sí soy sin esperanzas,
Hemosperdido.
Recuerda que no es que le tenga pánico,
es que no lo puedo aceptar
-que algo así dijiste:
Yo sé que la vida que el amor deben cambiar...
y de ahí se deriva un estado de terror
que niega el orden de los humanos
-
y no porque vea desde tal asiduidad
que me desprecia
a tanta intensidad que me ignora,
que su sucio desprecio me redujo a la invisibilidad
(y ya sé que igual a tantos y tantos
que fueron forzados a pasar
por el matárseles ignorárseles
que les dieron),
sino por la repugnancia que me dan,
me da el mundo que son ellos:
me dan...
Y precisamente “en el sexo”, como a ti;
pero no de placer ni platicar,
sino de enmudecer y de espantar,
ese “en el sexo” y todos sus males,
todos los males vienen de ahí
y milenios nos miran desde lo mismo;
sexo mudo, como si no hubiese estado
sido,
que así le condenaron
...y nada pasó.
Efectivamente nada pasó,
nadie pagó,
ninguna sociedad paga sus enormes delincuencias
con los individuos que aplasta sin razón,
sin tribunal al que acudir,
sin derechos humanos,
antes por lo de antes
y hoy... por lo de ayer,
ya que sigue siendo, para la víctima,
lo de antes,
aunque los criminales, ellos,
mundo criminal
pase página con tal facilidad
que conduce al más espantoso olvido:
ley del perdón, conciliación, amnistía,
aquí no pasó nada.
Sólo los muertos
y esos no hablan,
a esos ¿quién los desentierra?
Sólo los muertos
y da igual si estuviesen aun vivos,
milagrosa resistencia.
¡Desgraciados de ellos si se atreven a emerger,
como tú desde otra vida,
como yo desde ésta!

Yo sí soy sin esperanzas, si tú “es”
es escrito con el “todos vosotros”
y no con las dos ee
de aquel Seer tuyo….
Y ya no me salva hasta ni eso.
Pues efectivamente... todos “me vivieron”,
me vivieron pero del asco,
del asco donde te han muerto
y cómo,
del asco y de la ira
donde el me matan,
que aún continúa el asesinato,
y nada pude hacer en mi defensa,
¡¿ahora puedo?!,
¡¿puedo los efectos de sus delitos quitarme
como se arranca la vida
o la piel a tiras,
la piel a tiras ayudarles a terminar de arrancarme,
desprenderme de la miseria endosada,
de la marginación,
del último y más sucio insulto
a quienes se pisotea:
hacerles pasar por culpables,
imbuirles esa culpabilidad
que a ellos perteneciendo
se la desprenden con tan espantosa facilidad
que la víctima ha de también parecerlo,
ella la sola culpable de su propio asesinato,
si jamás sintieron conciencia de hacer mal,
arrepentimiento alguno,
su derecho divino les asistió para masacrarnos,
derecho que les sigue asistiendo
ley de punto final, punto en boca?!

Todos “me vivieron”...
Lo hicieron los perdonavidas,
ellos vivieron por mí
si la vida me quitaron
o me impidieron la vida,
todos los que te “vivieran”
en tu “me mueren me anochecen”,
zoquetes, pelotón de fusilamiento,
torpe pelotón.
Ni aciertan,
como matar, matan.
Ni aciertan,
tan claro como les damos el pecho,
si los barbitúricos los pones tú,
la bala en la sien la espada del harakiri.
Y tan claro como les dimos el pecho,
les di, les doy,
que pareciera Madonna la Mamandorure
Isis de tanto apechugar,
de tanto ir rescatándome miembro a miembro
víctima de sus despedazamientos.

Y escribí una palabra que me estaba destinada en un sueño
tan viejo como de cuando tú viva:
Mamandorure.
Esa Maman dorada, personaje de biblioteca
en la única vida que me pude permitir,
que me dejaron:
Soñar.
Soñar
Hoy

Contigo.
Lo único que me puedo permitir,
me donan desde el Más Allá
aunque también para que me roben en éste:
Tú-Mi-inconfesable-Gran-Amor
Grandísimo delito,
si de amar a los muertos se trata
cuando ni amar a los vivos puedes.
No, terror que niega el orden de los humanos,
terror que ha visto y pasado sido pisada
por tantos atropellos,
terror que sabe que no hay reparación,
¡terror, del grandísimo asco!,
del grandísimo asco, impotente ira
que hacia toda la impunidad se tiene,
hacia todos los delincuentes,
los peores, peores dementes,
esos que con soberbia y gravedad caminan
con su “salud mental”, “orden de los humanos”,
todos tan integrados, integradores,
si es menester a fuerza del “te asesino,
pues no tienes lugar en MI mundo si no te integras”.
MI MUNDO, siempre suyo,
jamás cambiará la apreciación de propietarios
que todos esos criminales tienen...
¡Y estoy hablando de la gran mayoría!
Toda esa integrada criminalidad.

Hoy, hoy que es como si hace cuarenta años fuese.
¡O peor! ¡Es hoy!
Efectivamente es hoy:
La gravísima impunidad
al tremendo crimen
perpetrado desde la más alevosa prepotencia.
Y perpetrado en tan tremenda compañía:
Toda la sociedad autora y cómplice.

Me da en el sexo
Me da que es por el sexo
que unos fueron los criminales
y otras las víctimas.
Me da que todo deviene podrido desde ahí
y la sola componenda
es seguir encubriendo sus peores males
con el más sucio libertinaje
para seguir pisoteando la libertad,
para seguir callando bocas
o mandándolas a Pirovanos
y cementerios.

¡Hoy! ¡Hoy es el hoy de toda impunidad!
Milenios de crimen encubierto
socapa de la normalidad, la norma, la costumbre.
....La impunidad,
ese monstruo que ahora mismo se sale de este poema
y al cual cabría dedicar todo una estancia blakiana
teogonía grecorromana
o versículos de hebraicos profetas
prorrumpiendo en desgañitarse
las vestiduras rasgarse
ante Hidras Gorgonas y Yavés;
la Impunidad, ese escamoso monstruo
que jamás escamó a nadie
de lo todo tan cubierto o encubierto
por su piel de serpiente.



(Todos los Cap-Poemas que en esta publicación pretendo ir salvando, las hay pretensiones bobas si de desheredados, todos los que no lleven al pie esta firma: “Carmen López Iglesias Jueves-día de la semana que fuese- 20 Noviembre-mes que fuese- 2005-años 2005 ó 2006- 17:42-hora la que fuese-Enlace Permanente Comentarios (0)”; todos esos me fueron desplumados, borrados-robados en la plataforma blogs.ya.com, de mi blog http://blogs.ya.com/almamia ¿Como ahora puedo correr el riesgo de que me hagan lo mismo en ésta? Ya lo he corrido desde finales de 2006 que estoy por aquí. Por ello ahora numero tan claramente en el índice a la derecha de la publicación. Por ello iremos salvando en papel todo lo que aquí vamos dejando y pasárselo en mi testamento, derechos que jamás tuve ¡ni a que fuese mío lo mío!, esos son la clase de derechos que nos garantiza cualquier Constitución por muy avanzada; y pasárselos ¿a la que sí podrá hacerlos valer? ...Si me hereda, hasta dudo eso. Hay los que nacimos para ser desplumados hasta en la posteridad. QUE SIGUE SUCEDIENDO CON TODA AQUELLA, AQUEL, QUE ESCRIBIESE CON HONRADEZ. Aprovechándose las legiones de tarados vividores, seres normales que pueblan las sociedades, hasta del polvo de nuestras sepulturas devengándoles ingresos)

Rosa de Jericó

Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP.51

¡Y cómo te cuadra su leyenda!
Ella,
peregrina del desierto, incansable y solitaria;
la que busca con antorchas encendidas
por todos los desiertos del mundo
a su Amor mío perdido,
Tú.
Y no hay palabra tuya que, hablando de estas cosas,
rosas como amores, amores como rosas,
pueda considerarse “literaria”, un oficio,
algo bajo lo cual, al pie de la letra,
no hubieses puesto tu sangre.
Al fin eras tan Bella y Verdad como para eso.
¡Eres!:
Me reprendo.
La fea costumbre de hablar en pasado
cuando de los muertos;
y como digo de ti,
todo es tan sin causalidad o momento inicial
como tú que siendo mi pasado,
eres mi presente, mi futuro y mi centro.

Amuleto para bendecir la... famiglia
Ya ves, eso no creo que seamos ni tú ni yo,
no creo que fueses
(siempre me olvido que he de hablar de ti en pasado,
que aunque cuánticamente esté confirmado
aquello de la no causalidad,
hemos de dar tiempo -¿cuánto?, ¿unos siglos más?-
para que se enteren los relativistas
que milenios después verterán a psiquiatras psicólogos
¿y otro par de milloncitos de años para que revierta
el conocimiento al pueblo?,
pueblo que no me tilde de loca, desde su condición
tan extrañada a todo conocimiento,
al hablar de ti en presente
o simplemente por hablarte)
Bendecir esa mafiosa institución
que lleva a sus expensas tantos crímenes de lesa humanidad
perpetrados contra esposas, aunque también hijos,
hijas sobre todo.
No. Esa Rosa de Jericó no.
Quizá seamos esta otra que dice la leyenda-
parábola de esta flor del desierto:
Continuamente arrastradas a los pies de Jesús...
Ya que Verbos.
Así se nos arrastra.
Todo por poner al pie de un macho, el que sea,
la sagrada Palabra ya así convertida en lenguaje
semen viejo hueso que despista animal mojado de agua negra.
Arrastradas por los vientos a los pies del que parece gozar
con eso de que las damas se los laven a lágrima viva.
A este destino nos han forzado,
no es que nos gustase ponernos en esa tesitura;
ni creo que a la puta de Migdal,
¿puta por culta?
Envidia de los pollastreces discípulos de él, Jesús,
que la pusieron en esa picota,
¡pues hubiesen gustado tanto de compartir su lecho con él!,
¿como ella lo hacía?,
compartido su lecho
y no únicamente las áridas peripatéticas caminatas
por aquella Palestina polvorienta pedregosa.

Al que parece gozar
con eso de que las damas le laven los pies a lágrima viva,
digamos que llegada es la hora
de que él efectivamente se ciña
para realizar sano y no enfermo
ritual de lavatorio de pies,
no a sus discípulos pollastreces
sino a su amiga que hiciese lo mismo con él.
Y también le digamos:
¿Son las palabras perdidas de Miriam de Migdal,
o de Alejandra o mías, más tu Evangelio?
(¿Y acaso habré de disculparme por tan sana pregunta
ante creencia alguna, a la cual ni poco ni mucho
importó sacrificarnos a mí y a otros
del modo más torpe más infame?)
Y si son tus palabras, Miriam, Alejandra,
etc. de otras lenguas, tan el Evangelio...
Las mías serán lo que serán
dado que jamás fueron,
tan futura la prima que ni pasado,
tan futura la prima Palabra...
aunque no la primera.
¿No la primera?
¿Y quién me dice que no la primera?
Primero no atañe a causa
sino a lugar que ocupas.
¿Es el lugar de los desheredados,
el primo lugar,
el primero?
Los últimos lo serán,
¿que me leía la mente el Jesucristo
anticipándose a mis querellas?

Sigamos entre rosas, ya que entre espinas:
¡También la Rosa de Jericó resucita!
...Mira por dónde.
Puede volver a vivir, como los dromedarios,
de un sorbito de agua
después de permanecer seca durante años.
Resucita, Florcita,
Vos la sacrificada
por aquella manía tuya tan “poco poética”,
como la mía, de Verificar
como el más auténtico hacer para el Versifica...
Y así llegar hasta el Fondo,
Cima de la poesía.
¡Qué se parece a la Física nuestra disciplina!:
Belleza y Verdad Fondo y Cima,
nuestros renglones más que los quarks.

"Rosas son las rosas en manos de la insaciable,
la del color infernal"

Rosas de Jericó en esas manos mortales
...o a sus pies,
y hablo, una vez más, de Jesús.
Hablo de Jesús de modo tan distinto:
El insaciable, el infernal,
ello su padre,
su recorrido en el mundo esa misérrima apoteosis:
¡Sacrificado por quien lo engendró!
Sacrificado como nos sacrifica.
La Causa nos sacrifica,
ese dios tan negro tan equívoco,
¿cómo no esquivo, si falso,
si ni existió?
....Aunque sí el sacrificio,
ese negro fondo para todo futuro
que todo pasado traga
y sin conservar de él memoria
que no tergiverse.
Esa Causa que ni existe
y que a pesar de lo mismo ¡y desde tan antes!
anocheció todos los efectos.
"Me mueren, me anochecen"
Más de 30 años,
tu caso,
en el 2002 llegando a los demás
cuando debiste en 1972;
más de cuarenta años en el mío.
En el 72 de tu muerte,
que no hubiese sido tu muerte sino mi nacimiento,
llegar a los demás,
y no ahora y ni así.
Más de 30 más de 40 años;
no tristes trucados tres.
No tristes tres tras los cuales
“¡Ha resucitado!”
Esa gran mentira corrompiendo al mundo
para que se pueblen más las tumbas con ella,
más que para que se abran,
para que, como la maldición de tu poema,
“no haya ya más vivos”,
pero no por sacar de sus tumbas a nadie
sino para que nos desciendan
de la mano de los “sepulcros blanqueados”
que heredaron a Jesús,
a todos allí....
Rosa de Jericó
¡Rosa de Jericó!
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