miércoles, 31 de marzo de 2010

Asperjo hérems

Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP. 15

¡Se enteren en la Argentina, en España se enteren!: “El hérem judío es la maldición sinagogal por la que se expulsa a alguno de sus miembros. En términos más amplios, puede emplearse para maldecir una ciudad, un pueblo, una nación.”

...¡Y entonces Bach!, mucho Bach, hérem a tope niña mía. Y sin necesidad de lanzarlo desde una colina como el Cristo -del que tuviste tan pobre imagen- a Jerusalén. Desde el mismísimo lugar alto de tu vida y sin necesidad de maldición ninguna como el Cristo sí, AHÍ ESTÁ VUESTRO HÉREM ARGENTINA. Pareciera que todavía podéis caer más bajo, más hasta el fondo de los fondos que a los que defenestrasteis desde aviones, ella como la primera de todos, aunque fuese por medio de pastillas y al parecer ella sola se las tomó. ¿Como los caprichos se toman, como las rabietas? Qué pobrecitos locos o infantiloides suicidas. Pierden la vida ¡y de su propia mano! ...y al parecer por nada.
Oigámosla
(La España a la que sí echaste el hérem –aquí decimos “gitana maldición”, ¿tan moros que nos quedamos de expulsar a nuestra mitad más auténtica, tan ibera o judía? ...Pero no. Tantos fueron los que se quedaron afrontando todos los peligros de las persecuciones, que la mitad de los apellidos españoles llevan sus señas: Todos los apellidos que llevan la marca de la naturaleza y sus árboles, las plantas, la flora, mi querida Flora; y hasta quizá estos que aluden a Iglesia o Iglesias, a lo católico acogidos para salvar el pellejo, como mi apellido-, esa España a la que yo te acompaño en las maldiciones, la España que desde que se buscó la ruina echando de su suelo a los únicos trabajadores de entre sus habitantes, la tan maltratada Sefarad, sólo tuvo hérem como tú lo anotas en tu diario):
“A las ocho de la mañana en la calle de la Antigua Judería en Segovia sentí una voz venida del fondo de los fondos que me obligó a maldecir. Entonces comprendí el hérem. Y la irreversible caída y total decadencia de España –los niños mendigos en Burgos (Entonces, en los sesenta, prácticamente ayer, mis paisanos, tan “demócratas” todos, del radicalismo, facha o no, o del nacionalismo que fueren, era España la mísera Argentina de hoy, la África famélica continuada hasta los Pirineos, que así nos quisieron los franceses, no digamos si ingleses, y trabajaron lo suyo para ello) la mendiga de cuatro años en La Coruña que lloró, la muy pequeñita (Mi tan Alejandra, me la comería, “la muy pequeñita”) porque yo no la llevé conmigo, se había enamorado de mí (Lo hacía en mi nombre la muy pequeñita) ; y la irreversible caída, total decadencia de España, atestigua el hérem, su realidad".
Vos: Alejandra
Yo: Carmen
ASPERJO HÉREMS
Siempre me sentí más judía que mora en esta división farisea de las dos Españas, donde la mora y visigótica herencia imperan con sus satrapías caciquismos magnicidios genocidios; y las auténticas aristocracias de aquí, ya iberas celtois ya Sefarad y su siempre fidelidad al castellano, fuimos siempre las masacradas, ya por magnicidio, desde aquel traicionado caudillo Viriato, ya por genocidio, las sacrificiadas Sagunto Numancia de nuestro Caín mitad de España, que ella sí que no fue nunca de aquí, sino romana cartaginesa fenicia o mora. Siempre me sentí más identificada con aquel Quijote judío del Zohar y su esplendor escrito en León (y por un tal Moisés, ¿el mismo, al menos la atávica herencia, que a ti, en París, te entregaba en sueños un libro titulado “Eva pourrait renaitre”. Y ese Zohar Esplendor desde la óptica femenina es el que te impidieron a ti escribir... Aunque baste tu maravillosa Ternura sin precedentes, tu Amor mío perdido buscado por todos los desiertos del mundo, para lo mismo. Ternura sin precedentes, tan parecida a esos dos principios creadores del mundo según el Zohar: Mi – Ma. Principios, dos, tan como Uno. Unamos pues sus nombres...: ¡Y tenemos tu Ternura sin precedentes de CreadorA del mundo: MiMa! Algo tan pequeñito como tu “la muy pequeñita” mendiga infantil coruñesa) que con el de la Mancha y su armadura tan visigótica, y eso a pesar de algunos machismos reprobables que se viertan en él. Siempre me sentí más identificada con las magias de León Toledo o, en ese sentido, las meigas de Galicia, que con las Alhambras y sus Jardines, aunque la sangre andaluza me corra por las venas y hasta mi nombre es Carmen, quizá aludiendo a esos jardines; aunque quiero pensar que significa el Carmen romano, poema canto música, fórmula mágica, hechizo, aquel “carmina vel caelo possunt deducere lunam” utilizado en algún poema de mi adolescencia, de momento tan perdido como tanto de mi trabajo. Siempre me pensé esa Carmina, fórmula mágica, que del Cielo podía descender hasta la Luna. ¿Esa misma “fórmula mágica” que tú definiste como Poesía en tu magnífica descripción de lo que debiera ser este arte?: “Libertar la fuerza visionaria y mantener un aplomo extraordinario en la conducción de esa fuerza. Quisiera realizar ese tránsito a la presencia fulgurante con una precisión tensa que me permitiese dominar el azar y compensarme de mi sumisión absoluta a “la hija de mi voz” (este magnífico tan “c’est moi” personaje tuyo, más que la Bovary de Flaubert para él, más que el Quijote lo fuese para Cervantes) o inspiración o inconsciente”.

Y ella ha dicho, y hecho, en mi sueño: -Vuelvo a Argentina
Y se olvida ¿a propósito? la maleta, su preciado equipaje. ¿Libro?: ¿Yo?
¿Se volvió con vosotros, argentinos, las pasadas navidades (esto está escrito en 2005 y ese sueño de la maleta que Alejandra se olvida aquí, mientras se va diciendo “Vuelvo a Argentina”, es entonces de las Navidades del 2004) igual que las fravashis vuelven en el zoroastrismo: para ayudar a sus descendientes? ¿Os ha levantado ya el hérem? ¿Llama a vuestras puertas la prosperidad Argentina, ella os vuelve? Sin porqué la perdisteis, igual que España la perdiera -no quiere decir que la haya recuperado; de la infinita miseria de España, yo soy la prueba, el que esté donde estoy, de la cantidad y calidad de democracia igualdad de oportunidades- ¿Llama a vuestras puertas la prosperidad Argentina: llama de nuevo Alejandra?

Carmen López Iglesias Jueves, 6 Octubre 2005 18:50 Enlace Permanente Comentarios (0)

Diario espuela de ponte dura

Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP.14

Diario espuela o escuela de ponte dura

Alguien desde Hispanoamérica en un sueño de mis veintitantos años me decía que así se llamaba el Diario que escribía, una publicación extraordinaria.... Que otros hacían arder o desaparecer. Y había una llama en los Andes que entraba a una hoguera; mas las llamas no la consumían (Sería por su igual nombre: Amarse igual: Ll-amarse, Llama-rse) ¡La llama hasta ingería el centro de la hoguera! Y entonces el fuego se apagaba. Pero el ser del centro de la hoguera que había engullido su centro, era ya de luz, era ya la luz.

Llama o como te llamases, Verde Llama o Flora, poema con todas las flores del Universo que recitas desde ultratumba para esta memoria no savant, no síndrome de sabio, que al despertar olvida; Verde Llama o Flora, persona o libro no otros que Alejandra Pizarnik, Llama de los Andes, la que con una antorcha en la mano recorriese todos los desiertos del mundo en busca de su Amor mío perdido, tu “Diario espuela de ponte dura” o “Diario escuela de ponte dura”, no aparecen. ¿Por qué no intentar reproducirlo en estos “poemas incendiarios” arrimados a todas las culturas con ansias de prender, o antorcha poemario esgrimida, chorros surtidores alzándose, escultura de ígnea agua, agua o llama que se eleva para volver a caer, las palabras caen como el agua yo caigo, esgrimida por y a la Ternura sin precedentes?

De las miserables mujeres con poder que por el mundo fueron y tanto contribuyeron a que mundo macho siguiese como es hasta hoy

Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP.13

De lo sangrientamente estulta de una condesa con la que perdió su tiempo la querida Pizarnik, aunque ¿con quién, qué, no perdió su tiempo ella, no sólo sus noches mías pobladas de vividores? Estulta condesa. Se mata más, se muere más, de necia o por la necedad que de peste guerra o hambre; de la estulticia nobiliaria de las mujeres o de su necedá de siervas, está el género femenino dónde y cómo está. No necesitó demasiado esfuerzo el macho para relegar al 50% de la humanidá a la mierda, ahí donde quedó aparcada ¡hasta ahorita mismo! toda mujercita. De lo sangrientamente estulta de una condesa, una parábola, primero para ella, que en un sueño se veía así abandonada en el Polo, en el Polo y con armario cerrado, su lesbianismo que no se podía decir, ¡SU NATURALEZA, QUE LE OBLIGABA A SILENCIAR LA SOBERANA ESTULTICIA DE LOS OTROS!, ESTULTAS SOCIEDADES=ESTULTAS CONDESAS (No me extraña que haya sido tu obra de más éxito ¿Los necios se ven ahí? Qué se disfruta mientras cortan a trocitos a otros o los queman en las hogueras en tanto las hembras hacen calceta y el macho se la menea) ; en el Polo y aterida de frío como el alma de ultratumba que me habla: “Alma mía de nieve”. Parábola para ella y luego para mí, la que por no desmoronarse ante los ojos DE LA QUE “SOÑÓ TAN MAL” QUE EN SU SUEÑO ME DEFENESTRÓ HACIENDO DE MI VIDA LA TAN HORRENDA EXPERIENCIA QUE NI MERECE SER DICHA, LA TAN PEQUEÑA HUNDIDA APAGADA DE LO BRILLANTE QUE PUDO SER, LA QUE POR NO DESMORONARSE ANTE SUS OJOS MÁS O MENOS HA VENIDO A QUEDAR CUAL LA ESTATUA CONGELADA DE AQUÍ:

“El camino está nevado, y la sombría dama arrebujada en sus pieles dentro de la carroza se hastía. De repente formula el nombre de alguna muchacha de su séquito. Traen a la nombrada: la condesa la muerde frenética y le clava agujas. Poco después el cortejo abandona en la nieve a una joven herida y continúa viaje. Pero como vuelve a detenerse, la niña herida huye, es perseguida, apresada y reintroducida en la carroza, que prosigue andando aun cuando vuelve a detenerse pues la condesa acaba de pedir agua helada. Ahora la muchacha está desnuda y parada en la nieve. Es de noche. La rodea un círculo de antorchas sostenidas por lacayos impasibles. Vierten el agua sobre su cuerpo y el agua se vuelve hielo. (La condesa contempla desde el interior de la carroza). Hay un leve gesto final de la muchacha por acercarse más a las antorchas, de donde emana el único calor. Le arrojan más agua y ya se queda, para siempre de pie, erguida, muerta."

Suprema erección habemus: Rigidez post mórtem. ¿Ya no me caigo en el interior de tu alma de nieve, la que soñó tan mal que aceptó morirse como los dioses mandan, de suicidioasesinato cuando tan imprescindible su vida?
Creo con toda seguridad querida muerta que los muertos, todos los muertos, los que fuisteis buenos en vida incluidos, ejemplo mi hermana, pasáis a ser de lo más retorcido condesa Bhátory –y ahora sí que ya ni me importa dónde lleve la h el puto nombre de la sra. descerebrada, ojalá y lo hubiese escrito al revés mi dislexia- Sí, de lo más retorcido: hete aquí el resultado de mi vida sobre la que cayeron las muertes de las dos mejores personas, para mí, que honoraron el mundo, mi hermana y tú mi muerta, mi Aparecida, hete aquí los escombros, hete para siempre de pie, erguida, muerta. Alegrémonos pues, al fin los muertos eligen: hasta después de la vida se les cumple el destino que ellos mismos ayudasen a impedir. ¿Estábamos destinadas a amarnos, que se dice en la película Peter Ibbetson, ese protagonista de la obra de un danés que yo confundí con un amante tuyo, miedo de amarle, o peor, miedo de ser él, nadie puede habitar en los sueños de otro si no es así, nadie puede soñar los mismos sueños de otro con ese otro?
Estábamos destinadas a amarnos: Nadie puede habitar en los sueños de otro si no es así, nadie puede soñar los mismos sueños de otro con ese otro.

Carmen López Iglesias Jueves, 6 Octubre 2005 18:48 Enlace Permanente Comentarios (0)

Donde Yo se llama Alba luminosa

Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP.12

Algo caía en el silencio. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.

Ya sabéis, “Yo” se llama “Alba luminosa”
Puerta estelar
Al Alba venid
Aquí os espero
Por fin soy la portera
Alguna llave algún poder me deberían dar

...AL ALBA VENID ...

al viento no lo escuchéis,
al viento.
........toco la noche,
a la noche no la toquéis,
al alba,
........voy a partir,
al alba no partáis, al alba
voy a partir

¡Y tengan cuidado!
no resbalen
algunos versos se cumplen.

Yo soy como esa magnífica Madre de la Biblia:
A la hora de las maldiciones,
la que destruye los fundamentos;
y no habrá padre que asperje bendiciones
afianzando así la casa de sus hijos,
pues jamás hubo padre
y sí sólo pedante mutilante
amordazante criminalidad
en un barniz de cochambroso paternalismo.

Sólo sea que los fundamentos de este mundo sin Alba
sean demolidos.
Nada nuevo se alzará sino sobre las ruinas de lo que fue;
en este caso vuestras ruinas.
Ya bastante nos demolisteis
para construir sobre nuestras costillas
y de nuestra sangre
este mundo sin Alba
que aguantó tanto y tanto,
que todavía lo hace,
en la oscuridad.

Ya no caerá en el silencio,
en el olvido más espantoso,
ese Yo que fue Alba,
esa Alba que fuimos,
rosicler Amanecida
Aurora de dedos malva
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