martes, 30 de marzo de 2010

....Y así me han robado la vida

Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP.11

Cuando empecé a redactar en línea parte de lo escrito a ella en 2003 -y tras el ictus, todo el 2004 perdido en eludir la muerte u otras taras que hubiesen sido peores que la mismísima parca asestando un golpe tan criminal- ya a finales de 2005, ¡tanto se me masacró desde octubre de ese año, fecha de mi iniciación en internet, que hasta me inutilizaron la primitiva conexión modem con la que me enchufé aquí! y en diciembre de ese año tuve que darme de baja... hasta finales de abril 2006
...........
Esperando a una próxima conexión, esperando al príncipe de la paz la luz la oscuridad la guerra, ya que no a Godot, esperando, ya que mi teatro, mi obra, bastante mucho menos puede, ¡pudo nunca decirse! Yo que a mis dieciocho diecinueve años, igual que nuestra defendida aquí (Defiendo su memoria: me defiendo. Defiendo su condición de viva sobre este planeta tal como ella la debió sentir; defiendo su capacidad de ser ahora una Aparecida, como ella lo preconizase) y sus obritas anteriores al “Arbol de Diana”, debió publicar, hacerse un sitio entre tanta gentuza como en todas las épocas coexisten en todas las profesiones, no sólo escribir…. Aunque si lo pienso, no, NOS jamás hubiésemos publicao, ya que la que hoy aquí escribe, estaba entonces ¡y ya! allí y enterita, con más o menos ortografía, vamos la muñequita de Pizarnik que todavía no había aprendido a hablar sin faltas --y fue para finales de los años sesenta tan modelna la muñequita, que ya “q” abreviaba ahorrándose las vocales en premonición de los teléfonos móviles y su lenguaje de lo más académico, ¡él sí todo ortografía!, cantazo derechito a ingresar en los diccionarios como los “flipares” y otras gilipolleces consideradas lengua--; faltas que el ojo ajeno llama al que menos falta, y ellos, los que más faltan, no sólo a gramática sino a la entera vida y no exclusivamente espiritual, gentuza descerebrada sin ninguna moral y menos deontología por más que las nombren. Con más inseguridá al redactar; pero su lengua y su contenido (¿De loca? ¡Respóndaseme mundo animal!) allí enterito y desde entonces padeciendo semejante martirio, peor que crucifixiones, tiros en la nuca a la orilla de un barranco, muerte de inanición o de tuberculosis en cárceles... semejante martirio de tragarte esa sangre ESE VERBOTO A BORBOTONES.
Y ESTOY EN MIS DE 50 AÑOS, VUELVO A INFORMAR A LA SORDERA O A LA PARED DE FUSILAMIENTO PARA LA QUE HABLO.

Cincuenta años que me empezaron haciendo ella su Aparición en mi vida, ¡y por la puerta grande de las Maravillas!, como ella hubiese querido y yo desde aquí ofrecido mi mano para hacer esa su entrada gloriosa en la preciosa, por ella así denominada, CASA DE ROSAS....
Cincuenta años que ahora son casi los sesenta....
Y así me han robado la vida.
Y no puedo desgarrar mi laringe hasta abrirle las entrañas a dios todos ustedes
No puedo proferir ningún más alarido
¡¡Y ASÍ ME HAN ROBADO LA VIDA!!

Ahora, espero no morirme sin llevármelos a todos ustedes, tanto les estimo, yo hilo Sutratman, como el de ella introduciéndose por mi respiración con su lila color, a todos ustedes ensartados de ese hilo, espíritu hilo como guía de un collar, ustedes las perlas, ustedes que jamás, ¡jamás! masacrasteis a homosexuales sobre todo si lesbianas, mujer y escribían; ustedes las cabezas “perlinas” que la misma Kali colgaba de su cinto o utilizaba de exhibida banderola, trofeo ante el resto de los dioses criminales, o papanatas.

Kali que os lleva como vosotros me arrebatasteis la vida, y sin ningún respeto aún ahora, toda la vida

Jardín de lilas del otro lado del río (Prajna-Paramita, la Sabiduría de la orilla más lejana)

Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP.10

Hermoso modo de decirse homosexual a la sordera heterosexual que jamás aceptará estar del otro lado del río, del cual pretenden, ¡y consiguieron en todo tiempo y hasta sin pretenderlo, sólo con sangrarlo, sangrar a los que se oponían, exterminarlos!, no tenga más que una orilla: la que les interesa para su mercadeo sexual a la sucia.

-Que es siempre el jardín de lilas del otro lado del río, se entericie usté y los que como. Y si el “alma” pregunta, no es el glande ni restante pollastrez la que lo hace, dígasele, acláresele de una vez: ¡que es el otro lado del río! Que masculinidad y sordera deben ser sinónimas en cuanto atañe a intereses de la pollastrez

RESCATE
Y es siempre el jardín de lilas del otro lado del río. Si el alma pregunta si queda lejos se le responderá: del otro lado del río, no éste sino aquél.
(A Octavio Paz)

¿Otra proposición deshonesta te hizo aquí el sr. Paz, esta vez a la distancia, esta vez la rehuiste y a la cual contestabas, ¡y cómo no si tú!, en forma de poema?
-Nada de tu orilla viejo sátiro, nada de la orilla derecha del río (Se pensaban ambos todavía en París y la rive gauche y la Natalie Barney y todas sus adineradas enfermas, que más vale hubiesen empleado sus medios en luchar por su dignidad, la de la mujer, y la de la homosexualidad frente al perpetrado por lo hetero, genocidio a la misma; pero un rico, qué va a luchar. El París, digamos también, de otras bien situadas lésbicas como la Yourcenar, y nunca me acuerdo del nombre de la de tu coño o rosa es rosa y el mío también, ¡sí, la que biografió a la Toklas! ¿mientras la toklaba en su lo rosa?) sino mi orilla, la izquierda. ¿Se entericia su futura nobelizada novelucha por cerebro enfermo, o al revés? Que es siempre el jardín de lilas del otro lado del río, se entericie usté y los que como. Y si el “alma” –la que escribe duda, por eso entrecomilla, que en el cerebro de tanto género enfermo masculino haya anidado jamás alma, dudo que hasta la tuviese Jesucristo, que aquel Cristo no fuese ya la misma Bestia 666 o Satanás que pretenden nazca ahora los cerebritos derretidos masculinos- pregunta, no es el glande ni restante pollastrez la que lo hace, dígasele, acláresele de una vez: ¡Que es el otro lado del río! Que masculinidad y sordera deben ser sinónimas en cuanto atañe a intereses de la pollastrez.

e l o t r o l a d o d e l r í o

(A Octavio Paz. Que, por cierto, para la que esto redacta, estaba ya también situado al otro lado del río. Seguro que éste y tanto Julio Cortázar, misóginos por algo, misóginos serpenteantes o meandreantes y así no lo pareciesen en tan revuelto río de palabras o ideas, misóginos del mundo de la pluma, ya estaban también, a su sucio modo, del otro lado del río, donde hacérselo a lo pederasta, y si es posible a lo Aretino con muchachito, o chiquita a lo así, a los cuales se inicia EN LA SORDIDEZ, ¿en qué más?; ¡y si no, pues se escribe, y no veas cuánto por culo se da al resto social! Véanse, o léanse, ya hay que tener ganas, los Celas Umbrales y el resto de nuestra sórdida vida literaria, ahora tan como antes y al revés. Aquellas “gloriosas” páginas de letrinillas, dícese “literatura de alcurnia”, del le di la vuelta y se la metí por el culo, o, soy tan pan pan y vino vino como Marcelino: “le di la vuelta y la utilicé como un muchacho”, y el resto de la frase, omitida por el autor, era: “Pues a este muchacho no tengo que pagarle, ni me pega enfermedad, ni tampoco, con toda seguridad, una puñalá o un chantaje”)
Me gusta más esta última dedicatoria. Y esto, no sé quién lo escribe, si la Pizarnik o yo.

¿A las propuestas amorosas del viejo sátiro, corte de mangas: “no éste sino aquél”? Lado del río o muchacho-muchachita que se tomó por chapero sin serlo, que se tomó por poder practicar sin riesgos la pederastía, o pederastia, ¿tan afín a poesía o sodomía?

Nuestro desgraciado Otro-Yo, así con mayúsculas, tan en la otra orilla, tan estrellado, que nadie nos reconoce. ¿Pues sería reconocernos algo tan hermoso como estas palabras tuyas: Tanto estás del otro lado que te confundo conmigo, que contigo me confundo y me cofundo, me hago y al hacerme, hago de dos uno como las sagradas palabras de la Biblia, de las pocas sagradas que ésta contiene: Vendrán a mí de dos en dos, mas sin especificar aquello horrible de la genitalia ganadera, tan común en ese libro hecho por labriegos antañones, del macho y hembra los hizo?

Yo tendría 17 18 años cuando tú rechazabas este “rescate” no pedido a heterosexuales braguetas que ¿porque una vez mojaron se creen que ya to’a la vi’a?, rechazabas tan poéticamente, a buen entendedor, poema sirva.
Y es siempre el jardín de lilas del otro lado del río.
Lado del Océano Atlántico,
que ¡Cómo hubiese florecido a tu contacto!
...No hay Dios...
Esto no está sucediendo
Esto no ha sucedido
¡No debió suceder jamás tu suicidioasesinato,
tan anónimamente,
tan cobarde suciamente,
jamás debió tocar ese extremo
la heterosexualidad asesina
¿que para eso concibe,
o para eso conciben hijos otros,
para que se los asesinen
tropa de sucios heterosexuales
a la que encima pertenecen
abandonando a la suerte de esos criminales
a sus propios hijos?!
¡No debió suceder,
y al otro lado del mundo
lado del Océano Atlántico!
¡No debió suceder en un mundo
donde la Palabra,
la verdadera la hermosa la importante,
no significa nada,
cuando sí tanto, tanto río de sucia tinta
enlodado en los “le di la vuelta
y la utilicé como a un muchacho”!

Los hindúes dicen, en su sánscrito devoto, “Paramita”: “Mora en la otra orilla, en la orilla más lejana”; y junto con “Prajna”: “Sabiduría, la mayor virtud”, forman el vocablo Prajna-Paramita, el Loto Santo, Esencia Femenina, Ombligo, Centro de Brahma, sobre el que descansa el Libro... a mano derecha del Gran Soñador Cósmico, Soñadora....
¿Por si acaso consulta?
¡Un Libro haciendo el Amor a la Esencia Femenina o desde ella! Libro-Hacer-la-Amor-Esencia-Femenina ¡todo la misma cosa!
Tuvimos la misma aspiración e inspiración, hasta en eso nos parecemos: Tu libro me hace que te hace mi libro.... La Amor, L’Amour.

Como se ve, ESTÁ ¡HASTA EN LOS ESCRITOS!, de lo profético Prajna-Paramita, Sabiduría que mora en la otra orilla que siempre es la más lejana, la más inaccesible, la que nos cuesta la vida haber puesto pie ahí

Tú mi primera persona tan singular tan única

Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP.9

Debajo de mi vestido ardía un campo con flores alegres como los niños de la medianoche.

El soplo de la luz en mis huesos cuando escribo la palabra tierra. Palabra o presencia seguida por animales perfumados; triste como sí misma, hermosa como el suicidio; y que me sobrevuela como una dinastía de soles.

Para anular al Isidore te han bastado tres líneas
Y por la hermosa mano que las compuso
yo regalaba a la desaparición
toda esa dinastía de soles
¡Que jamás osen sobrevolarte!
...Triste como sí misma
¡Tú ¡Tú!
Negra de odio yo
Negra más enlutada
que todas tus noches reunidas.
Látigo mío golpéame
..................golpéate
..................SACUDE AL MUNDO
Tú sí hubieras estado en legítima posesión del sadismo,
plena posesión de tus cabales,
tus lógicos derechos
si hubieras arrancado a latigazos
la piel del mundo
¡Arañado la tierra soplo de luz
hasta arrancarle la mentira que lleva dentro,
la verdad que esconde!
no otra que tú.
Tú mi primera persona tan singular tan única

Mi perfecta preñez de tu boca

Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP. 8

Un ahorcado se balancea en el árbol marcado con la cruz lila.
Hasta que logró deslizarse fuera de mi sueño y entrar a mi cuarto, por la ventana, en complicidad con el viento de la medianoche.

Haber salido de tu cabeza
y haber entrado en tu vida
deslumbrándote con mi perfecta preñez de tu boca:
¡Tal, tal como te había imaginado!
Tan igual a tu sueño me verías.
Atenea parida por Zeus,
ese útero de su cabeza.
¡Persipnae parida así por Tinia!
Ellas las Atenea o terribles Dianas
y los Zeus temible con su rayo.
Tinia  Zeus,
cambiazo romano a lo masculino
de la primera diosa etrusca.
Tinia y su rayo que en Persipnae se convierte,
la “Oh tú pura Lucina” de Virgilio.

Pero hete aquí el perfecto desdoblamiento:
El ahorcado se balancea en el árbol marcado con la cruz lila
....¡y hasta que logra deslizarse fuera de mi sueño y entrar a mi cuarto
a través de las dimensiones abiertas en todo cuarto, todo cuerpo y que a Otros Mundos comunican!
Pero lo logra. ¿Y en complicidad con qué cósmicas decisiones, cósmicos destinos?
Has salido de mi cabeza y entraste a mi vida:
¡Existía, exististe!,
ese ser que escribía cuán parecido a una antes que una,
ese ser espejo de nuestra alma huérfana hasta entonces.
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