viernes, 23 de abril de 2010

Dice mucho del mundo

Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP.75

Dice mucho del mundo
del cerebro del lecteur, del de los críticos, del cerebro de la mayoría que son los descerebrados en general,
el que Alejandra decidiera suprimir de su obra publicada estos versos:
A dentelladas
hacer un agujero
en la palabra mundo
para saber por qué me humillo,
por qué escribo.
Fíjense si conocía para la clase de gentuza, colegas en general, que publicaba, que su palabra no traspasaría a alma ninguna, poesía auténtica otra.
Claro que dice de Alejandra, sr. César Aira, pero no lo que usté ni ningún parásito de su ramo se cree pensar que dice y como si a misa fuese su pensar de descerebrados, a misa: a todos los cerebros enfermos de todos los lectores enfermos que las plumas cual usté procuran para la palabra, esa que jamás será con mayúsculas en vosotros, y sí en nosotras, la auténtica Palabra: LA QUE DE VERDÁ DICE.
Resulta bochornoso que de unas palabras sentidas alguien pueda cagar, no escribir: palabras en incómoda vecindad con no sé qué patetismo, etc. Vosotros sí sois patéticos y escribís sólo porque en el mundo decretado está por algún tan rastrero, miserable dios a vuestra imagen, si vosotros lo hacéis, los que decidís por todos, que sólo debe haber mezquinos, la infinita prole de la mediocridad ejerciendo todas las profesiones para desgracia del planeta que a nada más que a la autodestrucción de mano de ratas con aspiraciones humanoides llegará, humanoides de tan probada fertilidad del verbo follar cual el mentado roedor.

¿Por qué me humillo?
¿Por qué escribo?
Yo era la desgraciada contestación,
como lo soy a la desgarradora petición que hiciste,
desear estar muerta
sólo para entrar en un corazón humano.
Corazón humano que no fue ninguno de tus colegas,
ningún torpe prosista o versificador,
todos tan falsos, todos tan falsificados.
Tú: Alejandra,
Yo: Carmen.
Yo soy la contestación:
Escribías para encontrarte conmigo,
para buscar a quien me busca,
dijiste,
aunque jamás debimos habernos encontrado,
haber escrito ninguna de las dos
pues ni nacer debimos
si a este mundo.
Escribías, como yo, que jamás debí hacerlo
y no pasar este calvario de miserable vida que me han dado
hasta encontrarme con Vos.

Yo haré por ti ese agujero en el mundo:
A mordiscos, "a dentelladas secas y calientes",
que escribiría nuestro hermano de raza y desgracia
el también asesinado Miguel,
"abriré la tierra parte a parte",
así me moriré,
a gritos que hiendan espíritu divino
si aquí, en este ruin mundo, no alcanzo la Justicia.
Si el Más Allá, tú, existes, existís,
mejor será que me otorguéis esta con mayúsculas Justicia...
Mejor será para todos, dios, si lo hubiere, incluido,
mejor será para todos aquí y allí....

Y debo continuar cuando pensé haber terminado:
Gentuza que compartís conmigo el planeta, 2005,
gentuza muerta que ¿existe allí?
Alejandra, yo soy quien niega desde aquí
que la gentuza vaya a sobrevivir allí.
Quizá sea yo el Juicio Final que les tienen reservado.
Lo cual no me extrañaría:
Auténtica escritura: auténtica intelectualidad:
ejerzo el Juicio,
el que a mí me sobra y a tantos falta, incluso a los usurpadores o intrusos que ejercen esta labor del Verbo para la que ni nacieron, ni estudio alguno les capacita;
ejerzo el Juicio y soy Final,
y no tan sólo por escribir en mis postreras horas
sino por estar redactándolo en el Final del mundo.
Yo sí sé porqué escribo y porqué me humillo.
Ahora hace falta que se enteren los demás,
a rayazos, hachazos, maldiciones,
nada de “bienaventurados los lelos
pues ellos nos asesinaron”
o “bienaventurados nuestros plumíferos colegas
pues comen de sus engendros”
ya que para una sociedad engendro los escriben.
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