martes, 30 de marzo de 2010

Jardín de lilas del otro lado del río (Prajna-Paramita, la Sabiduría de la orilla más lejana)

Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP.10

Hermoso modo de decirse homosexual a la sordera heterosexual que jamás aceptará estar del otro lado del río, del cual pretenden, ¡y consiguieron en todo tiempo y hasta sin pretenderlo, sólo con sangrarlo, sangrar a los que se oponían, exterminarlos!, no tenga más que una orilla: la que les interesa para su mercadeo sexual a la sucia.

-Que es siempre el jardín de lilas del otro lado del río, se entericie usté y los que como. Y si el “alma” pregunta, no es el glande ni restante pollastrez la que lo hace, dígasele, acláresele de una vez: ¡que es el otro lado del río! Que masculinidad y sordera deben ser sinónimas en cuanto atañe a intereses de la pollastrez

RESCATE
Y es siempre el jardín de lilas del otro lado del río. Si el alma pregunta si queda lejos se le responderá: del otro lado del río, no éste sino aquél.
(A Octavio Paz)

¿Otra proposición deshonesta te hizo aquí el sr. Paz, esta vez a la distancia, esta vez la rehuiste y a la cual contestabas, ¡y cómo no si tú!, en forma de poema?
-Nada de tu orilla viejo sátiro, nada de la orilla derecha del río (Se pensaban ambos todavía en París y la rive gauche y la Natalie Barney y todas sus adineradas enfermas, que más vale hubiesen empleado sus medios en luchar por su dignidad, la de la mujer, y la de la homosexualidad frente al perpetrado por lo hetero, genocidio a la misma; pero un rico, qué va a luchar. El París, digamos también, de otras bien situadas lésbicas como la Yourcenar, y nunca me acuerdo del nombre de la de tu coño o rosa es rosa y el mío también, ¡sí, la que biografió a la Toklas! ¿mientras la toklaba en su lo rosa?) sino mi orilla, la izquierda. ¿Se entericia su futura nobelizada novelucha por cerebro enfermo, o al revés? Que es siempre el jardín de lilas del otro lado del río, se entericie usté y los que como. Y si el “alma” –la que escribe duda, por eso entrecomilla, que en el cerebro de tanto género enfermo masculino haya anidado jamás alma, dudo que hasta la tuviese Jesucristo, que aquel Cristo no fuese ya la misma Bestia 666 o Satanás que pretenden nazca ahora los cerebritos derretidos masculinos- pregunta, no es el glande ni restante pollastrez la que lo hace, dígasele, acláresele de una vez: ¡Que es el otro lado del río! Que masculinidad y sordera deben ser sinónimas en cuanto atañe a intereses de la pollastrez.

e l o t r o l a d o d e l r í o

(A Octavio Paz. Que, por cierto, para la que esto redacta, estaba ya también situado al otro lado del río. Seguro que éste y tanto Julio Cortázar, misóginos por algo, misóginos serpenteantes o meandreantes y así no lo pareciesen en tan revuelto río de palabras o ideas, misóginos del mundo de la pluma, ya estaban también, a su sucio modo, del otro lado del río, donde hacérselo a lo pederasta, y si es posible a lo Aretino con muchachito, o chiquita a lo así, a los cuales se inicia EN LA SORDIDEZ, ¿en qué más?; ¡y si no, pues se escribe, y no veas cuánto por culo se da al resto social! Véanse, o léanse, ya hay que tener ganas, los Celas Umbrales y el resto de nuestra sórdida vida literaria, ahora tan como antes y al revés. Aquellas “gloriosas” páginas de letrinillas, dícese “literatura de alcurnia”, del le di la vuelta y se la metí por el culo, o, soy tan pan pan y vino vino como Marcelino: “le di la vuelta y la utilicé como un muchacho”, y el resto de la frase, omitida por el autor, era: “Pues a este muchacho no tengo que pagarle, ni me pega enfermedad, ni tampoco, con toda seguridad, una puñalá o un chantaje”)
Me gusta más esta última dedicatoria. Y esto, no sé quién lo escribe, si la Pizarnik o yo.

¿A las propuestas amorosas del viejo sátiro, corte de mangas: “no éste sino aquél”? Lado del río o muchacho-muchachita que se tomó por chapero sin serlo, que se tomó por poder practicar sin riesgos la pederastía, o pederastia, ¿tan afín a poesía o sodomía?

Nuestro desgraciado Otro-Yo, así con mayúsculas, tan en la otra orilla, tan estrellado, que nadie nos reconoce. ¿Pues sería reconocernos algo tan hermoso como estas palabras tuyas: Tanto estás del otro lado que te confundo conmigo, que contigo me confundo y me cofundo, me hago y al hacerme, hago de dos uno como las sagradas palabras de la Biblia, de las pocas sagradas que ésta contiene: Vendrán a mí de dos en dos, mas sin especificar aquello horrible de la genitalia ganadera, tan común en ese libro hecho por labriegos antañones, del macho y hembra los hizo?

Yo tendría 17 18 años cuando tú rechazabas este “rescate” no pedido a heterosexuales braguetas que ¿porque una vez mojaron se creen que ya to’a la vi’a?, rechazabas tan poéticamente, a buen entendedor, poema sirva.
Y es siempre el jardín de lilas del otro lado del río.
Lado del Océano Atlántico,
que ¡Cómo hubiese florecido a tu contacto!
...No hay Dios...
Esto no está sucediendo
Esto no ha sucedido
¡No debió suceder jamás tu suicidioasesinato,
tan anónimamente,
tan cobarde suciamente,
jamás debió tocar ese extremo
la heterosexualidad asesina
¿que para eso concibe,
o para eso conciben hijos otros,
para que se los asesinen
tropa de sucios heterosexuales
a la que encima pertenecen
abandonando a la suerte de esos criminales
a sus propios hijos?!
¡No debió suceder,
y al otro lado del mundo
lado del Océano Atlántico!
¡No debió suceder en un mundo
donde la Palabra,
la verdadera la hermosa la importante,
no significa nada,
cuando sí tanto, tanto río de sucia tinta
enlodado en los “le di la vuelta
y la utilicé como a un muchacho”!

Los hindúes dicen, en su sánscrito devoto, “Paramita”: “Mora en la otra orilla, en la orilla más lejana”; y junto con “Prajna”: “Sabiduría, la mayor virtud”, forman el vocablo Prajna-Paramita, el Loto Santo, Esencia Femenina, Ombligo, Centro de Brahma, sobre el que descansa el Libro... a mano derecha del Gran Soñador Cósmico, Soñadora....
¿Por si acaso consulta?
¡Un Libro haciendo el Amor a la Esencia Femenina o desde ella! Libro-Hacer-la-Amor-Esencia-Femenina ¡todo la misma cosa!
Tuvimos la misma aspiración e inspiración, hasta en eso nos parecemos: Tu libro me hace que te hace mi libro.... La Amor, L’Amour.

Como se ve, ESTÁ ¡HASTA EN LOS ESCRITOS!, de lo profético Prajna-Paramita, Sabiduría que mora en la otra orilla que siempre es la más lejana, la más inaccesible, la que nos cuesta la vida haber puesto pie ahí
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