La abominación de la desolación puesta en lugar santo
La mayor de las blasfemias desde que el mundo existe es la a Carmen López Iglesias dirigida, la dirigida a Alejandra Pizarnik Bromiker, la dirigida a las Poesas cimas de la Poesis, entren las Södergran las Dickinson, que tampoco se “ganaron la vida” de su labor, que también siempre sufrieron prisión domiciliaria, tuberculosis a domicilio o suicidio de lo mismo: de los “muchos” ingresos a cambio de una labor; todas las ahogadas Alfonsinas asfixiadas Rosalías. La mayor de las blasfemias, la a nosotras dirigida, mayor verdadero único Dios, nada de a Alá, me cago en, nada de a Yavé, cago en lo mismo, nada de a Jesucristo; y menos todavía algún “me cago en”, que ni blasfemia, dirigida a mahomillas y sus huestecillas.
Y la abominación de la desolación puesta en lugar santo, la mayor de las blasfemias, consiste en la semejante desfachatez de que cuatro absurdos, o cuatrocientos, el nº aquí importa: donde los más, lo menos; donde muchos se dicen escritores, menos inteligencia. La abominación de la desolación puesta en lugar santo, la mayor de las blasfemias, consiste en la semejante desfachatez de que cuatro absurdos, o cuatrocientos estúpidos sin inteligencia y hasta sin sentimientos, sin sufrimiento alguno, ni ningún esfuerzo mental, vengan y se llamen, ¡y los llamen!, todavía más escandaloso –la sociedad es la única que escandaliza y no ningún individuo- “poetas”, “escritores”; los llamen y de ello les permitan ganarse la vida, de cuatro letrillas, cuatrocientas cancioncillas, una por barba si son cuatro cuatrocientos, y “por barba” más que “por coño”, aquí también, en la impostura de la escritura, están en desventaja los clítoris; ¡los llamen!, ¡y ya han trabajado para toda la vida! Ya ves Yavé, ya ves Alá, ¿ya Jesucristo?, allí en tu Otro Mundo sí que habitarán escandalizadas, muchas más que acá, muchas más que las que aquí sentimos que se nos escupe a la cara cada vez que se llama a alguien poeta, o se dice de alguien que escribe. ¿Ejemplo la K. Rowlings, ejemplo el Alatriste, ejemplo resto de las noveluchas y tomaduras de pelo de tantísimo poema? Y todos, poemos, novelos, se den por aludidos, no dejo fuera a estas alturas ni a “El Quijote”, que para muslo, el de mi niña, el de una, dos columnas de pórfido que ya hubiesen dado algo por asirse a ellas los más honrados de la escritura como Cervantes o Unamuno. Chinchen también esos pérfidos, pues no les servirán de asidero nuestras columnas de pórfido.
Así pues la mayor blasfemia es la contra Nos, hablo en mi nombre, cometida, que os quede claro ladrones de presupuestos estatales, religiones oficiales y otras sectas literarias, que os quede claro ladrones, ladrones que os quede claro. La mayor blasfemia es cuando escupís sobre mis libros o los dejáis impublicados, mientras llamáis a las lecturas y libros de vuestras religiones, esas verdaderas mierdas, textos sagrados, o cuando consideráis igualmente sagrada e intocable tanta pésima literatura... y mis libros, igualmente, impublicados.
En lugar de sagrado, que diría la cuarteta nostradámica, mi querida Alejandra, nos vieron buey cornudo, que continúa la cuarteta, consentidoras cornúpetas fuimos. ¿A qué se extrañan de que yo en lugar de sus vírgenes y santos, dioses de toda laya, sus hijos y sus profetas, en lugar de tanta literaria blasfemia, vea una piara de cerdos? PARA SEGUIR PARAFRASEANDO A LA ADMIRABLE CUARTETA DE MADAME NOSTRADAMO -MADAME NUESTRO CULTO, MADAME NUESTRA RELIGIÓN, NUESTRO TEMPLO- que si no fue catalana, allá le andó la provenzal Dama. Catalana eso sí, la esposa del sr. Michel de Nostradamus, la cual le puso sobre la pista del tesoro escondido en Barcelona -que se dice en otra de las cuartetas- , ¿los antiquísimos versículos que luego él ofreció como “cuartetas”?, ¿los textos sibílicos desaparecidos? ¿Esas cuartetas ser los mismos escritos de los que hablase Estrabón, realizados por, y ubicados en, el sur de la Península ibérica y aquellas damas que danzaban con sus brazos desnudos y castañuelas, de cultura tan milenaria que de tres mil años antes de Estrabón? ¡¿De dónde proceden las “cuartetas”, o los libros de las sibilas, otro misterioso legado escrito e igual de misteriosamente desaparecido que la cultura de seis o siete mil años de antigüedad en el Sur de la Península Ibérica de la que dejase fe Estrabón?! ¿Proceden de la Tarsis más olvidada que la Atlántida hundida? ¿De Thera? ¿Cultura minoica? ¿Eran minoicos los tartésicos y los habitantes de Thera; o eran theranóicos (aunque no para-lo-mismo, para eso, paranoicos, destructivos, guerreros, ya estaban los micénicos griegos) los minoicos? ...Miserable historia y miserable historia ficción, miserables paraciencias, tan miserables como las ciencias oficiales. Miserable doctor en lenguas y miserable letrista de tres al cuarto, cancionzucha, cancionzucha, eso sí, digna de mercado persa, mercado global, mundo de mierda. Tan analfabetos ambos en esto de escribir, letrista de tres al cuarto y doctor en lenguas e historias, usurpadores ambos.
Y esto de la usurpación de poderes, falsificaciones de la historia realizadas más del lado académico, si cabe, que desde el lado de las inanes heterodoxias y paraciencias, es como si el sr. presidente del Gobierno, aquí en España, ¿dónde si no?, tuviese que estar compartiendo espacio sólo propio de él con presidentillo de chirigota o Cooperesidente Autonómico de la Res Pública, o enjundiosa momia, los anteriores en el cargo en esto de pasarse España por el forro de la hueva, pudieran ser, tan vivos por haber estado en ese poder “por mis cojones” más de cuarenta como si cuatrocientos (número igual al de los usurpadores escritores, poetas, intelectuales de arriba, ya que desde esas instancias, poder político, armado, se propician esas intelectuales usurpaciones) años, y aunque palmado la hubieren (le pregunten a la Faraonía eso del vivir tras morirse, más que a Raymond Moody o a la excelentísima sra. a la que éste plagió o de la que bebió en la fuente sin hacer citación de lo mismo, dra. Kubler Ross, Elizabeth) … Aunque pensado con detenimiento esto del compartir poderes políticos o más bien hacer dejación de ellos, el presidente de nuestra país, sigue siendo España different, sí comparte el cargo con presidentillos de chirigota alcaldejos de nuevo cuño, Cooperesidentes de la Res Pública, capitanes de las ruinosas barcazas llamadas Autonomías por donde hace aguas ruinas el país, todos nos ahogamos decimos que prosperamos, ya que, el primero en la frente, mandamiento político, reza: Serás hipócrita criminal y vivirás del engaño. Presidentillos de chirigota, tan a la par de Peresidente 1º, como sólo en España podía ser, Cooperesidentes de la Res Pública, ¡todos tan modernos, tan de nuestra hora!, que no otra cosa que remedos de los pasados siglos: momias, reinos de taifas, derecho de pernada del medievo, caciquismo, despotismo, hago lo que me sale de la media luna o del crucifijo.
Y el truco de esta usurpación política propiciada ¿a quién conviene, a quiénes?... A los que ya sabemos robaron y siguen ahora, más si cabe, renuevo de ladrones que les salieron, los tesoros de España, riqueza del esfuerzo de sus gentes, ¡riqueza del esfuerzo de los usurpados, desplumados!; a los consabidos políticos, fuerzas armadas, bancas, economía, y la legión de usurpadores de 2ª fila que los citados propician colocándolos al timón de la intelectualidad, memoria histórica y su falsificación, letras y absoluta indecencia de cuanta literatura.
Abominación de la desolación