domingo, 18 de abril de 2010

La noche, el poema

Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP.59

La noche, el poema
En realidad no escribo: abro brecha
para que hasta mí llegue, al crepúsculo,
el mensaje de un muerto.
Y el muerto que ella aguardaba,
desgraciadamente gozaba de buena salud,
hoy ya no.
Mi desnudez te daba luz como una lámpara.
Pulsabas mi cuerpo
para que no hiciera el gran frío de la noche, lo negro.
Me alumbras,
mi segundo nacimiento:
Pulso tu alma detrás de las sombras.
Mejor principio para “Divina Tragedia”,
pues “divina comedia” estamos hechas:
Tú buscabas un amigo entre los muertos
y yo te encuentro a ti.
Hay palabras con manos;
apenas escritas, me buscan el corazón.
Hay Palabos como Vos Alma de mi Alma
que son la auténtica Voz del auténtico Jesús si es que existió;
Vos sí exististe.
Y yo quisiera ser todas las manitas Verbotos
que te buscaban, buscan el corazón
para tornarlo
mi blanda mi amada mi pura Tierra
en la que mi mano se hunde hasta tomártelo
hasta tornártelo:
¡DESPIERTA!

Pulsabas mi cuerpo
Hermosísimo instrumento
Cálida locura
sin la cual todo es
el gran frío de la noche, lo negro
¿Pulso tu alma detrás de las sombras?
¿Mi Amor te alcanza?
¡¿Saco mi mano a otro mundo?!
¡Para arrancarte de sus injustas garras
¿saco mi mano?!
Como una música que no puede dejar de escucharse
…Tu cuerpo,
Tu cuerpo debió ser… ¡ES! ¡ES!
De mi ες aquí en los tierros
A tu, a tu ες de la Ciela
Mi desnudez te daba luz como una lámpara…
Lloro, miro al mar
del morir y lloro
hay un mar. hay una luz.
hay sombras. hay un rostro.
un rostro con rastros de paraíso perdido.

hay tu cuerpo dando más luz que una lámpara.
hay tu desnudez que no puede pensarse sin morir.
de pena. de orfandad. de desposeimiento.
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