viernes, 2 de abril de 2010

Pedantes, cual la colgante papada de Cela, y otros diversos hijoputas

Canto a la ternura sin precedentes (Poemas incendiarios) POEMA-CAP.17

(Siguen siendo muchas las putas, bastante más que las que se venden en las calles, sras. feministas que jamás declarasteis la guerra al género macho que os exterminó y os sigue exterminando, un pasito pa’lante en los derechos de la mujer y cuarenta pa’trás; que jamás les declarasteis el exterminio a lo que os exterminó, tanto puta –si lo es todo lo que se vende, o todo aquello a lo que se compra- hay también en ese feminismo que chupa subvención, para así igualarse en algo más, parasitismo, a la actuación macho de la que ni divergen)

Lo que a Alex le costó la vida, suicidioasesinato en la puteña, si porteña –una en cada puerto, putas que decíamos haber tantas, según el dicho- suciedad sociedad descerebrada argentina de aquellos años, poder decir sus prosas bastante más iconoclastas, de provocador erotismo, aquí sirvió para que a la Papada Flotante de los Celas se la empinasen hasta el nobel, que ese debió ser el día de su mayor corrida, si, como íbamos diciendo, hipotiroidismo. A un hipotiroideo sin tratamiento, pues la papada, no se la empinaría ni las Marinas Castaños de última hora, otra puta más, si puta es todo lo que se vende, o todo aquello a lo que se compra, como decíamos.

Pedantes cual la colgante papada de Cela:
Así todos los intelectuales raza pedante por excelencia,
pedantes cual la pedante humanidá,
tal para cual se escriben,
leen ya es menos probable,
la pedante humanidá a ellos,
ellos a la pedante humanidá,
ni se leen, ni se entienden,
ni con atención se tratan
aunque lo simulen.
Pedantes cual la colgante papada de Cela,
inservibles espíritus,
a sacrificar no su, que dijo Alex de las que se pretendían sus maestras, las OO, SO, VO
(Las Orozco, las Ocampo, semejantes aprendizas de verbo, que ¿alguna vez ligaron enseñanza, no fuese aquella de la lágrima solitaria de la OO en su “pavana difunta”, tal pavanada?); a sacrificar no su vida, o sus vidas, sino las preciosas vidas de otras, y hacerlo a la perignonada de una coma (mientras se la empinan, la copita de don perignon, ¿qué otra?, sí, o viagra de al norton cava champagne), coma de nada que a nada que varíes monosílabo en el contexto, lo hagan las erratas, punto te deviene… ¿Para esos putérrimos fines sacrificiales a una coma, v de burro, etc, existió la literatura, ¡para degollar a la mismísima encarnación de la Poética, mi poesa rusa Kolikovsky!, o degollarnos a otras, y hacerlo simplemente pues pretendió, pretendemos, que el versificar fuese, sea, verificar, VERDAD POÉTICA, decir verdades, que en el versificar o en sus prosas escandalosas, que no tuvieron oportunidad de escandalizar a nadie, pues no se publicaron, se comunicasen todas las taras humanas, sociales, o todos esos grandes sentimientos que no pueden ser expresados pues quién los oirá, quién hay por aquí, mundo inmerso en su mediocridá alacránica, para prestarles atención? Que eso es lo que aspiran a degollar, y lo hacen pensando que no quedarán pruebas de su incompetencia, mediocridá, cuando en comparaciones futuras, en las que siempre perderán por más gentuza que pueble en todo tiempo todas las sociedades, se confronten al mejor, muerto, suicidioasesinado, con la legión de mediocres y su vertido veneno: su evidente necedad, su más que complicidad participación en todos los suicidioasesinatos.

Pedantes cual la flotante papada de Cela,
babas moradas dijo ella,
dudo el color,
babas negras,
tantos con barba
aunque afeitada,
otras con clítoris
de pubis y sobaquera rasurada igual;
¡tantísimos pedantes
que encima pasaron por rompiente!
como el caso del ejemplo
y su hipotiroidismo sin tratar.

Y hasta dónde llega pasar por el que no se es en literatura, que he ahí el lúbrico que se batió los cojones en público además de darse él mismo sopas anales y otras palanganas de pública purulencia, lo que a Alex le costó la vida (¡y su poema en la sala de psicopatología rasgándose el alma en público de tanto pesarle el haberlo hecho, follar con la roña, como ella los llamó, o de desear así matarse, así verse muerta, de esa misma roña, de haber estado mezclada con esa basura, acabar ahogada en esa suciedad! Suciedad que, con tanta naturalidad, llaman así, naturalidad, deseos naturales, cuando conviene, y cuando no, llaman vicio. Follado vicio el de todos ustedes… “naturalistas”, cortázares en sus picaderos de instrucción para futuras Anaïses que no se les suiciden, y así chapero gratis y libre de cargas de enfermedades venéreas y sin amenazas de extorsión. ¡A eso sí llamo yo con toda propiedad, VICIO!) ; lo que a Alex le costó la vida el suicidioasesinato en la puteña, si porteña –una en cada puerto, putas que decíamos haber tantas, según el dicho- suciedad sociedad descerebrada argentina en aquellos años, poder decir sus prosas bastante más iconoclastas, de provocador erotismo, aquí sirvió para que a la Papada Flotante se la empinasen hasta el nobel, que ese debió ser el día de su mayor corrida, si, como íbamos diciendo, hipotiroidismo. Y fijémonos hasta dónde llega el pasar por el que no se es en literatura. Hipotiroidismo: Impotencia o disminución tan drástica de la libido que ni el ver a Freud con cuernos y rabo en su cuarto se la hubiese empinado a nuestro grande y público tocahuevos, y de meneársela en público como si genialidad, toda la vida pasó por que se la pusiese dura hasta la simple visión de cualquier palangana, cuando ni la Marina Castaño ni la Lolita de Nabokov.

¡Y a ti Alejandra te costó la vida, y tu Argentina de entonces era una democracia (Aunque tuviere de ello bien poco, cuando ni siquiera en nuestros días democracia ninguna tiene ni lo más esencial de democracia) y aquí en la dictadura franquista triunfa Cela! (también hemos de acordarnos que era un delator de “rojos”, ¿cómo no tendría las puertas abiertas al triunfo literario?) De iconoclasta a iconoclasta, la papada flotante nada tenía que hacer a tu lado. Con lo cual: ¿Los affaires literarios, o la sociedad macho, tan podridamente macho?

La roña querida, mundo macho roñoso, de sucio y de avaro, mezquino, esa roña que desde lo sexual te contaminó la vida hasta hundírtela sólo por tú seguir los indecentes récipes de tus psiquiatras, la roña que si instalada ahí, lo sexual, ¿en qué no, sobre todo si literatura, medios de comunicación, publicación?
Y en ese mundo seguimos, no te creas que varió ni coma tras los más de treinta años después de tu asesinato, ahora cuando tú intentas remover la tapa de tu sepultura, pero no vuelas con ello la tapa de los sesos de los cielos, ¡o la tapa de los sesos de todos éstos, idéntica gentuza que la que te privó a ti de la vida, y tantos de esos mismos vivos aún! No. Me ayudas, más bien a ellos, los semejantes a los que te mataron, les ayudas a que vuelen mi tapa de los sesos... ¡Salpiquen estos de una vez el rostro de dios, el cosmos, la otra vida!
No me moriré en París ni de aguacero, tal vez sí en un día del que tengo ya memoria, como Vallejo; lo haré como Larra: Volando la tapa de los sesos de algo, sea la mía, la de la entera humanidad, ¡o la tapa que cubre los mismísimos cielos cual si fuese una de sucia alcantarilla!

Carmen López Iglesias Viernes, 2 Diciembre 2005 04:36 Enlace Permanente Comentarios (0)
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